20.12.10

Non so chi sono io.


Esto pasó una tarde en la que el calor me hizo cerrar los ojos con mis palmas apretándolos. 
Quiero aclarar que el-no-saber-quién-soy no tiene nada de angustiante; es más bien reconfortante y algo aliviante.
Y-ante-todo... Es lindo.
Dejé de saberlo en el momento en que dejé de acudir a mi y a mis "pero", a mis "quiero". 
Empecé a darme cuenta de que aullar encerrada en la cortina de baño no tiene nada que ver con ducharse, que sacrificar las yemas de mis dedos por canciones violadas no tiene razón. Descubrí que mi rareza no va por dejar la cabeza adormecida de música-re-recurrida en el metro. Y me fijé que mis uñas no tenían esa parte blanca que tienen todos cerca de la piel. 
Entonces dejé de saber quién soy y me volví un yo-que-es, pero que no se limita por saber cómo es ni qué es lo que no hace.
Creo que dejé de saberme de antemano.
Y es bueno porque ahora empecé a saber otras cosas.
A saberte a tí, por ejemplo. Y ni tanto tampoco, no es estudiarte, es saber mirarte.
Ya no sé quién soy, solo se que hay más luz de la habitual.


17.12.10

POST-IT VIRTUAL:
Escribir una epístola a mi misma sobre todo lo que espero de mí. Adjuntando un finiquito a mi pereza y etereidad.

7.12.10

No estoy hecha para ocasiones.