23.9.14

Que felices vamos a ser
amada mía,
que felices.

El ardor se acaba
y damos las gracias
porque estos gatos
nunca supieron
preguntar
nada.
(Damos las gracias
por nunca haberles enseñado
la verborrea).

¡Que felices!
¡Cuantas palabras embestiremos!
¡Y hay tantos libros, amada, tantos!

Esa casa,
que pudo ser
madera
blanca
noble
vieja,
¡será feliz!
Y cómo no,
¿qué no es feliz de vivir junto al mar?
¿Acaso no nos regocijábamos de solo pensarlo?
Yo digo que también lo será.

¡Hay tanto por sentenciar!
Esas sábanas,
El perfume,
Los cepillos de dientes,
¡Las galletas!
Ellas también lo serán.

Sentenciemos los viajes,
los gritos,
las siestas,
los abrazos
(aunque esta vez es sin abrazar)

Sentenciemos las alarmas que sonaron
miles de veces,
y que preferimos ignorar.

Y finalmente;

esta casa,
llena de siempre
llena de mucho
de tú
de té
y de te.

La sentencio a habernos tenido,
que feliz va a estar.

Amada mía,
linda,
pequeña mía,
mira,
yo que tú,
sonrío.

22.9.14

En la quinta esfera que dibujé con tiza cuando tenía dieciocho años, adormecida. En la quinta esfera deforme e irreconocible como esfera. Utilicé la palabra más pútrida. La más ignorante. La palabra más prostituta de todas, y la más sublime. Que puta más grande. Hay que tener muy claro que al usarla, de inmediato hiede un olor a putrefacción que es propio de una morgue, de un holocausto y de las bocas que la usan, claramente. Cómo no darse cuenta. Que puta más grande. Ahora todo huele a este menjunje de letras. Soy la ignorancia, soy una epidemia. En la quinta esfera que dibujé con tiza cuando tenía dieciocho años, esfera que, jamás creí, llegaría a dibujar con el resto de las esferas. En la quinta y hedionda esfera, escribo: Enamorada.

Es de azufre, pienso.

Las hormigas se van,
Llegan un par de pájaros, que de seguro pertenecen al averno.

No tienen ojos,
No tienen carne,
Pero tienen dientes,
¡Sí, tienen dientes!

Se ríen,
Suenan trompetas.
Miles,
Ya no parecen trompetas.

Y la bocanada más grande,
La bocanada más triste.

Soy una ola,
Pienso,
Soy una ola, que se ha demorado años en recorrer el mundo,
Y ha venido a encallar
En el magma.

Ya no huele a nada,
Ahora soy azufre,
Azufre y magma,
Celeste,
Parda.

Ya no recuerdo el nombre de mi madre,

Solo le he dicho madre.


¿Como puedo volver al mar?
No quiero ser ola,
Quiero ser la basura que permanece siglos
Y siglos
Dando vueltas
El pájaro de petróleo
Que no puede aletear
Quiero ser la basura
Que no puede encallar

Quiero

Quiero.

11.9.14

No he muerto por amor,
He muerto
Por nunca
Haber
Enamorado.