11.9.12

Querer escribir el amor es afrontar el embrollo del lenguaje: 
esa región de enloquecimiento dónde el lenguaje es a la vez  
demasiado y demasiado poco, excesivo 
(por la expansión ilimitada del yo, por la sumersión emotiva) 
y pobre (por los códigos sobre los que el amor lo doblega y lo aplana). 

No lo dije yo, lo dijo Bouchoureliev. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario