No es que ya no te quiera
decía
es que te empecé a querer por cosas que antes no eran importantes.
26.1.14
¿Qué le envidian a los gatos?
si yo a mi pereza,
por lo menos puedo ponerle nombre
y llevarla en el bolsillo,
junto al cigarro suelto
y el libro de obscenidades
que me regaló mi tío.
Y no es por el nombre,
menos por el cigarrillo,
es que un gato no tiene donde guardar su pereza,
un gato
es un gato
porque no tiene bolsillos.
si yo a mi pereza,
por lo menos puedo ponerle nombre
y llevarla en el bolsillo,
junto al cigarro suelto
y el libro de obscenidades
que me regaló mi tío.
Y no es por el nombre,
menos por el cigarrillo,
es que un gato no tiene donde guardar su pereza,
un gato
es un gato
porque no tiene bolsillos.
Que indigno
decir te amo
y fingir de noche
que sueño contigo,
que amable
necesitar la prórroga
de la noche en vela,
prorrogando
no serte infiel
con el sueño alevoso,
maldito sueño
profano
quiero saberte helada
morada
mientras te duermes
entre tus sábanas
de cortesana.
Maldigo el día aleve
que traiciona a la noche
haciéndole creer
(necia la noche)
que al dormirnos
soñamos con ella.
11.1.14
Quizás tenías que vivir cerca del mar
Abrir un negocio de libros usados
usar faldas largas,
aunque solo tengas una
levantarte temprano porque querías ir a la caleta
aprender a vivir únicamente de jaiba
tener más perros que gatos
escribir tres libros
a mano
Quizás tenías que vivir cerca del mar
para que un día pudiera verte
de lejos
con mis piernas insoladas
y la boca quemada por el queso de una empanada
y ahí me sonríes
porque me veo ridícula
cómo si no tuviera que estar ahí
cómo si nos quisiéramos un poco
y que bueno no haber sabido tu nombre
y que bueno que nos quisimos solo un poco
tu no me leerías poesía
y yo no lloraría por tus ojos.
Abrir un negocio de libros usados
usar faldas largas,
aunque solo tengas una
levantarte temprano porque querías ir a la caleta
aprender a vivir únicamente de jaiba
tener más perros que gatos
escribir tres libros
a mano
Quizás tenías que vivir cerca del mar
para que un día pudiera verte
de lejos
con mis piernas insoladas
y la boca quemada por el queso de una empanada
y ahí me sonríes
porque me veo ridícula
cómo si no tuviera que estar ahí
cómo si nos quisiéramos un poco
y que bueno no haber sabido tu nombre
y que bueno que nos quisimos solo un poco
tu no me leerías poesía
y yo no lloraría por tus ojos.
9.1.14
Hubo
que encender el cálefon
oler la leche
romper los huevos
tirar un tallarín
probar el vino
saludar a tu madre
llevarle flores a tu padre
hubo que prenderle fuego a las sábanas
(hubo que citar miles de clichés)
y hubo
careciendo de había
porque
el hubo
no tiene consecuencias
encantadoras
magníficas
en las cuales aparezcas tú
con un ramo de libros
en las manos.
(¡y qué manos!)
hubo que prenderle fuego a las sábanas
(hubo que citar miles de clichés)
y hubo
careciendo de había
porque
el hubo
no tiene consecuencias
encantadoras
magníficas
en las cuales aparezcas tú
con un ramo de libros
en las manos.
(¡y qué manos!)
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