Tan tarde que apenas se divisaba el espacio.
El frio mataba, pero yo no lo sentía, yo no sentía nada.
Y caminé.
Empapada.
Y mi caminar de seguro se veía peculiar por el resto.
Tan lento.
Sin evadir la magia de la lluvia.
No tenía apuro y estas noches no se ven siempre.
Ni se sienten.
Por lo general no las sienten.
Mi música era mi abrigo.
Mi cigarro mi calor.
Una inspiración que rebosaba de emociones.
Y yo sin nada para capturarla.
De pronto me encontré llorando.
Me detuve once segundos y lloré.
Lloré como nunca.
Lloré tanto que mis lagrimas y la lluvia se volvieron una.
Sollocé.
Y despues de once segundos de fuertes puntadas en el alma
Me vi sonriendo.
"Sorpresa" me dijo el tiempo.
Y así miré hacia el cielo, extendí mis brazos y recibí la vida.
Y luego Dios me susurró al oido.
"Para ti" me dijo.
La luna mas hermosa que jamás había visto.
Solo para mi.
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