Discreto Sin Azúcar
2.12.12
Si no fuera por
lo-que-
frustra
nos encontraríamos
caminando,
frente a frente
en un semáforo
y ese
deseo
de
coli
s
ión
no sería inminente
padeceríamos,
sin saberlo,
la enfermedad
de la
prudencia.
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