26.12.14

Voy,
a tientas,
acorralada
pero
en realidad no
no
no acorralada
¿quién sabe?

el que sepa me acorrala

voy a tientas
con los ojitos 
pardos
lindos
que lindos mis ojos
blancos
pardos
blancos

a tientas
esperando
el 
impacto.

2.12.14


Valorar más
el esfuerzo que la
recompensa, a eso
se le llama amor.
Mon amour, 
quand tu liras ces mots
j'aurai quitte ce monde.

1.12.14

Hablo con la autoridad
del fracaso.
Ahora. Ojalá no mañana, ni pasado, ni el día de mi cumpleaños.

Existió la pluma
para que el hombre
supiera
que el amor
no es más que
roca.
La evidencia de hace
cuatro
años
me permite decir,
y perdón, querida,
(tu fuiste la imperfección más
fertil
y
maternal)

soy idiota,
quiero ser roca,
¡grito!
quiero ser roca.

La evidencia
es futil
porque yo pongo en boca
de otros
lo futil
lo futil

el amor

lo futil
es la nausea

(Se me olvidó
lo elocuente)

¿Qué digo?,
hazme daño,
pégame,
hazme algo,
hazme
hazme

¿cómo partía?

había un robot,
había el mar,
había casa,
había josé
y maría,
había
había
que bonito que hubiera
algo cabe dentro de todo
había
existió,
la evidencia
existió.

Lo evidente
es:

la idiota
que camina
asesinada,
con hambres,
con robots,
con agua.


23.9.14

Que felices vamos a ser
amada mía,
que felices.

El ardor se acaba
y damos las gracias
porque estos gatos
nunca supieron
preguntar
nada.
(Damos las gracias
por nunca haberles enseñado
la verborrea).

¡Que felices!
¡Cuantas palabras embestiremos!
¡Y hay tantos libros, amada, tantos!

Esa casa,
que pudo ser
madera
blanca
noble
vieja,
¡será feliz!
Y cómo no,
¿qué no es feliz de vivir junto al mar?
¿Acaso no nos regocijábamos de solo pensarlo?
Yo digo que también lo será.

¡Hay tanto por sentenciar!
Esas sábanas,
El perfume,
Los cepillos de dientes,
¡Las galletas!
Ellas también lo serán.

Sentenciemos los viajes,
los gritos,
las siestas,
los abrazos
(aunque esta vez es sin abrazar)

Sentenciemos las alarmas que sonaron
miles de veces,
y que preferimos ignorar.

Y finalmente;

esta casa,
llena de siempre
llena de mucho
de tú
de té
y de te.

La sentencio a habernos tenido,
que feliz va a estar.

Amada mía,
linda,
pequeña mía,
mira,
yo que tú,
sonrío.

22.9.14

En la quinta esfera que dibujé con tiza cuando tenía dieciocho años, adormecida. En la quinta esfera deforme e irreconocible como esfera. Utilicé la palabra más pútrida. La más ignorante. La palabra más prostituta de todas, y la más sublime. Que puta más grande. Hay que tener muy claro que al usarla, de inmediato hiede un olor a putrefacción que es propio de una morgue, de un holocausto y de las bocas que la usan, claramente. Cómo no darse cuenta. Que puta más grande. Ahora todo huele a este menjunje de letras. Soy la ignorancia, soy una epidemia. En la quinta esfera que dibujé con tiza cuando tenía dieciocho años, esfera que, jamás creí, llegaría a dibujar con el resto de las esferas. En la quinta y hedionda esfera, escribo: Enamorada.

Es de azufre, pienso.

Las hormigas se van,
Llegan un par de pájaros, que de seguro pertenecen al averno.

No tienen ojos,
No tienen carne,
Pero tienen dientes,
¡Sí, tienen dientes!

Se ríen,
Suenan trompetas.
Miles,
Ya no parecen trompetas.

Y la bocanada más grande,
La bocanada más triste.

Soy una ola,
Pienso,
Soy una ola, que se ha demorado años en recorrer el mundo,
Y ha venido a encallar
En el magma.

Ya no huele a nada,
Ahora soy azufre,
Azufre y magma,
Celeste,
Parda.

Ya no recuerdo el nombre de mi madre,

Solo le he dicho madre.


¿Como puedo volver al mar?
No quiero ser ola,
Quiero ser la basura que permanece siglos
Y siglos
Dando vueltas
El pájaro de petróleo
Que no puede aletear
Quiero ser la basura
Que no puede encallar

Quiero

Quiero.

11.9.14

No he muerto por amor,
He muerto
Por nunca
Haber
Enamorado.

14.6.14

El enemigo fatal
indolente,
de la pena
es el sueño



lo único que busca
es hacerte creer,
que finalmente has despertado.

26.3.14

Sano.

Caníbal.


Somos,
(y que linda la pluralidad)
lo que quedó
de un festín
romano.


17.2.14

La mujer,

es la falta


en cualquier juego.


Qué haces Sofía,

con las manos en el lápiz
sin pretender letras.

qué haces Sofía

tus padres están celosos,
del cielo
la cumbre
el hambre.

El sacapuntas en el bolsillo
palabras en vano Sofía,

los libros hablan solos
no te necesitan Linda.


La punta en la ingle, Sofía,
para mí naciste,

por mi maldijiste,
Ay de mí, Sofía.
La buena vida,

pertenece

al preludio
de los enamorados.

26.1.14

No es que ya no te quiera

decía

es que te empecé a querer por cosas que antes no eran importantes.


¿Qué le envidian a los gatos?

si yo a mi pereza,


por lo menos puedo ponerle nombre


y llevarla en el bolsillo,
junto al cigarro suelto
y el libro de obscenidades 
que me regaló mi tío.

Y no es por el nombre,
menos por el cigarrillo,

es que un gato no tiene donde guardar su pereza,

un gato

es un gato

porque no tiene bolsillos.
Fiebre,
no era más que fiebre
mamá

esto ya lo sabía,
¿sabes?
cuando lloré dentro tuyo,
algo sabía,
apretaba las manitos,

y dolía,
mamá,

ardía.




El trabajo nocturno
cuesta más,
porque hay que ver aparecer el día,
para que te sepan diligente.
Que indigno
decir te amo
y fingir de noche
que sueño contigo,

que amable
necesitar la prórroga
de la noche en vela,
prorrogando 
no serte infiel
con el sueño alevoso,

maldito sueño
profano

quiero saberte helada
morada
mientras te duermes 
entre tus sábanas
de cortesana.

Maldigo el día aleve
que traiciona a la noche
haciéndole creer

(necia la noche)

que al dormirnos
soñamos con ella.


Ruegan las luciérnagas
abastecer la noche
de los enamorados.

Que triste
La eternidad de la palabra antes,

lloran los niños,
lloro yo,
en el coche
con los niños
con la madre,
el padre,

sálvenme,
gritaba,
tómenme.

conjúguenme. 

11.1.14

   El enamorado 
asume la ausencia del otro
cuando ya no tiene la oportunidad
de tocar el timbre
de su propia puerta,

nadie abre,

los gatos despiertan.


Quizás tenías que vivir cerca del mar

Abrir un negocio de libros usados
usar faldas largas,
aunque solo tengas una

levantarte temprano porque querías ir a la caleta
aprender a vivir únicamente de jaiba

tener más perros que gatos

escribir tres libros
a mano

Quizás tenías que vivir cerca del mar
para que un día pudiera verte
de lejos
con mis piernas insoladas
y la boca quemada por el queso de una empanada

y ahí me sonríes
porque me veo ridícula
cómo si no tuviera que estar ahí
cómo si nos quisiéramos un poco

y que bueno no haber sabido tu nombre
y que bueno que nos quisimos solo un poco

tu no me leerías poesía
y yo no lloraría por tus ojos.




9.1.14

Hubo
que encender el cálefon 
oler la leche
romper los huevos
tirar un tallarín 
probar el vino
saludar a tu madre
llevarle flores a tu padre


hubo que prenderle fuego a las sábanas

(hubo que citar miles de clichés)

y hubo
careciendo de había
porque
el hubo
no tiene consecuencias
encantadoras
magníficas
en las cuales aparezcas tú
con un ramo de libros
en las manos.

(¡y qué manos!)





Miren a los enamorados,
todos
talentosos.